Consejos, Curiosidades y Un Toque de Humor para que No Termines en la Torre del Reloj
Ah, Praga… la ciudad que parece sacada de un cuento medieval, con su famoso Reloj Astronómico, su Puente de Carlos y esos callejones que te hacen sentir como protagonista de una novela gótica (o como un turista perdido, dependiendo de la hora y la cantidad de cerveza checa que hayas probado 🍺). Si estás planeando visitar Praga este año, ¡felicidades! Estás a punto de adentrarte en uno de los destinos más fascinantes de Europa. Pero cuidado: no es tan simple como llegar y admirar el castillo. Hay algunas cosas que necesitas saber para sacarle el jugo a esta experiencia.
1. ¿Cuándo visitar Praga? O cómo evitar sentirte una sardina humana
Primavera (marzo – mayo)
La ciudad florece y el clima es perfecto para caminar sin congelarte ni asarte. Eso sí, llévate una chaqueta porque Praga es un poco bipolar con el clima: sol radiante a mediodía y frío que te hace desear un café caliente al atardecer.
Verano (junio – agosto)
Todo es bonito… excepto la cantidad de turistas. El Puente de Carlos parece una procesión y conseguir una mesa en una terraza requiere casi una peregrinación. Pero si te gustan las noches animadas y los festivales, ¡esta es tu época!
Otoño (septiembre – noviembre)
Mi época favorita. Menos gente, un clima fresco y Praga vestida de dorado. Si eres fan de la fotografía, este es tu momento: ¡no olvides la cámara y tu mejor sonrisa de turista profesional!
Invierno (diciembre – febrero)
Frío. Y cuando digo frío, es frío con mayúsculas. Pero los mercados navideños y la nieve sobre los techos rojos compensan cualquier congelamiento. Un buen motivo para ir de bar en bar probando todas las sopas y cervezas posibles.
2. El dinero en Praga: Porque pagar con euros es casi deporte extremo
Aunque algunos restaurantes y tiendas aceptan euros, el cambio no siempre es favorable (léase: te timan). Mejor usa coronas checas (CZK) para evitar «sorpresas» en la cuenta. Evita las casas de cambio en las zonas turísticas. Busca oficinas con la leyenda «0% comisión» o usa un cajero automático.
¿Y las propinas? Entre el 10% y el 15% es lo habitual. Si no dejas nada, el camarero puede mirarte como si hubieras insultado a su abuela, pero tampoco es obligatorio.
3. ¿Cómo moverse sin parecer un turista desorientado?
A pie 🚶
Praga es una ciudad muy caminable. Te recomiendo perderte por sus calles (voluntariamente, claro). Los barrios de Malá Strana y Staré Město son ideales para explorar sin rumbo.
Transporte público
El tranvía es el rey del transporte en Praga. El billete te sirve para tranvía, metro y autobuses, y puedes comprarlo en máquinas automáticas, quioscos o directamente con una app. No intentes viajar sin billete: los revisores no tienen piedad, ni sentido del humor.
4. ¿Dónde comer sin vender un riñón?
La comida en Praga es deliciosa y no necesitas arruinarte para disfrutarla. Aquí te dejo algunos clásicos:
– 🥘 Svíčková: Carne de ternera en salsa cremosa con knedlíky (panecillos).
– 🍺 Pilsner Urquell: Praga sin cerveza es como París sin baguette. Prueba las cervezas locales en las tradicionales pivovar (cervecerías).
– 🥨 Trdelník: OK, esto es más para turistas, pero es un postre dulce, crujiente y fotogénico. Siéntete libre de darte el gusto.
5. ¿Qué NO hacer en Praga? O cómo evitar el «Facepalm» turístico

– No escribas tu nombre en el Puente de Carlos. No es romántico, es ilegal y multado. Mejor toma una foto con tu amor y déjalo ahí.
– No cambies dinero en la calle. Si alguien te ofrece un «mejor cambio», corre. Probablemente acabes con billetes que ya ni existen.
– No te limites al centro histórico. Praga tiene barrios increíbles como Vinohrady o Žižkov, llenos de restaurantes y bares frecuentados por locales.
6. Curiosidades que te harán parecer un experto mientras viajas
– El Reloj Astronómico no solo es bonito: ¡es uno de los relojes medievales más antiguos que aún funcionan! Pero si esperas ver el espectáculo de figuras moverse, prepárate para algo más… discreto. 😅
– La cerveza es, literalmente, más barata que el agua en algunos sitios. Y no, no es broma.
Conclusión: Praga te espera con los brazos abiertos (y una cerveza fría)
Visitar Praga es como entrar en un cuento, pero con el plus de buena comida y cerveza artesanal. Planifica bien, déjate sorprender por cada rincón y recuerda que la magia está en los detalles, como esa pequeña cafetería en una esquina o un mirador escondido.
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